Es sabido y conocido que la U ocupa desde los primeros años del club la indumentaria Azul, somos los románticos viajeros, los del bulla, el equipo mágico y los Azules.
Pero no siempre fuimos Azules. La primera indumentaria que ocupó el Club Deportivo Universidad de Chile fue camiseta blanca, con pantalón y medias azules de color oscuro. Ya en el año 1928 se incorporó el chuncho en el pecho y la letra U roja en directa alusión a un club universitario.
La camiseta de 1940 con la cual logramos nuestro primer campeonato profesional, de la mano de Luis Tirado, su Dt, «La Chile» lucía una camiseta azul rey, no tan oscura como los pantalones de sus inicios. Ya en 1959 la U lucía un uniforme completamente Azul. Como no recordar ese año, si fuimos campeones ante el actual archirrival, comenzando desde esa final la rivalidad que nos ha separado por años.
Hemos mutado entre azul oscuro, el azul rey, el azul mas claro, el azul con franjas blancas, el azul con franjas rojas, el azul con chunchitos rojos en las mangas, etc. Pero siempre nuestro color característico y de batalla ha sido uno solo.
Hasta que aparecieron las nuevas tendencias, la camiseta de recambio rojo…. ¿Rojo? bueno podríamos justificarlo porque es uno de los colores de nuestro escudo, el chuncho, lleva rojo y podría pasar. Pero en el 2012 se cometió la primera aberración a nuestra historia y nuestros colores… ¡el amarillo flúor! ¿Que tiene que ver ese color con nuestra historia? ¿Porque permitimos que las tendencias europeas hagan eco en nuestro club y pasen a llevar los colores que amamos?, esos que respetamos y alentamos cada fin de semana. El marketing y los números pudieron más, ese año la camiseta flúor fue una de las más vendidas, incluso imitada por la vereda del frente, la marca alemana lo había hecho de nuevo, las arcas estaban llenitas a costa de tendencias que no nos representan, pero que sorpresivamente se vendieron.
Luego vinieron las blancas con rojo, las rojo coral, las celeste, hasta llegar a la de hoy ¿ploma?. Diseños y colores que se alejan del espíritu universitario del club, se alejan del hincha que ama su historia, se alejan de blanco, del azul de la casa de bello, que vieron nacer un club amateur que en poco tiempo fue portada de diarios, que por 10 años nadie nos ganó. Esa azul que caía en los cestos de ropa sucia de la señora de Campos, de la madre de Leonel, esa misma azul que toco el cielo en el 2011. Esa misma azul que vió con esperanzas una final, cuando todo estaba perdido y un tal Canales nos devolvía la ilusión. Esa misma Azul que llevamos puesta semana tras semana, la que muchos llevamos pegada a la piel, orgullosos y estoicos de lucirla. Porque no necesitamos un día o una fecha para usarla, porque nos encanta lucir ese chuncho y esa U roja en el pecho. Porque somos los hijos del rigor, somos los hinchas de la vocal sagrada, del bulla, del romántico viajero, del cuadro mágico, de LOS AZULES. Como mi padre, como mi abuelo y como mi futuro hijo.
¡Viva la Chile!, ¡vivan los azules!, valientes y combativos.
DAMG.