Al terminar la fase de grupos de la Copa Libertadores de Futsal, los resultados fueron elocuentes y duros. La U quedó en el último lugar de la competencia, tras perder 5-1 con Cerro Porteño de Paraguay, 3-1 con San Lorenzo de Argentina y 11-2 contra Sportivo Bocca de Ecuador. En los números, sin duda, la expedición parece un desastre, sin nada que rescatar. Sin embargo, y a falta de un partido de definición con Boca Juniors por el 11° lugar de la competencia, en mi opinión hay espacio para el análisis.
En lo deportivo, la U quedó emparejada con el actual campeón de la Copa, San Lorenzo, con el finalista del 2019, Cerro Porteño, y con Sportivo Bocca, que venía de dos magras participaciones en el torneo. Dado que en el campeonato clasifican los dos mejores terceros de tres grupos, teníamos buenas opciones de pelear ese cupo, ganándole a los ecuatorianos, y siendo pragmáticos en los partidos con los dos cuadros azulgranas.
En la cancha, la U tuvo problemas en los inicios de cada partido, donde los rivales salieron a imponer sus términos, aprovechando la ventaja física, y anotando su primer gol antes del minuto 10. También tuvo problemas para profundizar en ataque, siendo capaz de crear ocasiones y de recuperar el control del balón, pero sin generar mucho peligro (lamentablemente nos afectó la lesión del goleador Franco Luxardo). Por otro lado, el equipo se vio complicado en la salida desde atrás cuando el rival presionaba alto hacia el final del partido, lo cual también puede relacionarse al desgaste físico de jugar 3 partidos en 72 horas. Finalmente, el ímpetu por ir siempre en búsqueda de la victoria nos significó encajar más goles de los que el trámite del partido reflejaba, cuando pudo haber sido una opción bajarle el ritmo al partido cuando, cerca del final, estaban 1-0 abajo con Cerro y 2-0 abajo con San Lorenzo, ya que fue mucho peso ir al partido final a buscar una victoria por 7 goles, lo que nos presionó a ocupar el arquero jugador durante todo el último partido, desvirtuando el resultado del último match.
Entre lo positivo, primero destacar la figura del portero Fuentes. En los dos partidos que disputó fue protagonista, teniendo atajadas notables y manteniendo al equipo en la pelea. También fue meritorio el partido con Cerro Porteño, donde el equipo supo aguantar el chaparrón y tuvo 20 minutos muy buenos, presionando alto al rival y estando muy cerca del empate. En efecto, el plantel siempre fue generoso en el despliegue, muy ambicioso, y un digno representante de nuestros colores. Somos testigos del sacrificio que han hecho para clasificar al torneo, prepararlo y de costear su participación, y sólo podemos aplaudir la actitud del plantel.
Por otro lado, entendemos que el Futsal aún está en una etapa amateur, careciendo del apoyo económico para desarrollar la actividad. Esto se refleja en que la máxima competición continental se juega en sólo 9 días (a fin de hacer más asequible la participación para los clubes), lo cual obviamente impacta la calidad del espectáculo. siendo además muy distinto al formato del campeonato nacional, donde los partidos son semanales. Ahora, si hablamos de apoyo, la ausencia de la sociedad anónima en el proceso es un hecho notable, lo cual hemos destacado tanto la Radio Azul Chile como el programa Somos de la U. La rama de Futsal ha logrado ser un equipo dominador a nivel nacional, ganando la Copa Chile, siendo subcampeones en el Apertura y liderando el Clausura, sin embargo, esto no se ha visto reflejado en financiamiento. En efecto, te invitamos a apoyar a nuestra rama de futsal en su sitio de Esponsor.