Este es el lado distinto del portero que el semestre pasado llegó al cuadro mágico y fue del gusto total de los hinchas azules. El lado más humano de Miguel Jiménez.
Es un día frío de agosto por la tarde en la Capilla San Felipe de Jesús, de la Parroquia Patronato San Antonio de Padua de los hermanos menores franciscanos, el comedor de la capilla atiende como cada jornada y como siempre un joven ayuda a servir los platos y pone la mejor cara para darle ánimo a los ancianos y gente indigente que pasa por este lugar; ellos nos saben de quien se trata, mas los otros que ayudan, si lo conocen.
Miguel Jiménez, portero del cuadro mágico, además de cada día entrenar en el Centro Deportivo Azul para esperar su turno en los «tres tubos», por las tardes participa de esta gran obra que es el comedor solidario franciscano y eso fue lo que le comentó a Diego Sáez de Radio ADN y a la Locura Total.
Y no solo es Miguel, sino la familia completa, aportan en el comedor. Loreto Aracena, tía del jugador nos comenta como aportan todos en «Capilla de Ossa»: «Miguel Hernán en los equipos que ha estado siempre hace su campaña, de pronto llegan hartas zapatillas, poleras, shorts» agrega: «El papá de Miguel trae verduras, mi hermana, hace de telefonista, todos hemos aportado algo para esta obra», indica.
Por su parte, la abuela de Miguel, Bernarda Saldaña, nos cuenta como a ella la impusieron a trabajar en el comedor: «Hace 23 años estamos trabajando nosotros, repartíamos leche, harina, azúcar, queso y después me dijo el Padre Víctor, -Bernarda, el comedor-, yo casi no quería porque pensé que sería un cacho. Aquí nos entrenemos y gracias a Dios alcanza para todos, por la mañana estamos en la casa y por la tarde en el comedor». y nos dice que «Son viejos de la calle, que vienen para acá y algunos tienen hospedería, sino se cobijan en algún rincón, aquí como pagan poco reciben un plato de comida, no se le puede negar un plato de comida a un pobre que tiene hambre».
El comedor, funciona con los aportes que realiza la comunidad y terceros, como la familia de Miguel, pero siempre es necesario hacer algo más.
El jugador reflexiona sobre toda esta actividad: «Le entrego la bandeja a los viejos, a veces me siento a comer con ellos, una conversación es mucho más reconfortable que darle algo material, uno se hace presente en lo que sea necesario», y profundiza: «Han pasado muchos por acá, algunos han muerto en su situación de calle, otros han estado preso, así un sin número de historias; generalmente vienen los mismos y se empiezan a hacer habituales las caras».
¿Conocer esta otra realidad?, ¿Sirve de algo?
«Uno vive en una burbuja en esto del fútbol, acá uno aterriza, vives la realidad de la gente, la gente que por desgracia no tiene un lugar donde comer habitualmente. Los problemas que uno tiene no son nada», sigue reflexionando Miguel.
Pero Jiménez, hace esto extensivo, la idea es que todos nos sumemos, más allá de la religión, esto es algo de vida: «Desde la tribuna que tengo, les pido que lleguen con nuevos aportes y cosas que puedan hacer sustentar esto, que no es fácil con el tiempo».
Grande Miguel !!!!!! Saludos desde el norte