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25 Años Esperé – La columna-Retro del Profe

Por estos días, hemos visto en televisión y en redes sociales, una especie de documental, elaborado por un canal, sobre el campeonato de 1994, el cual nos retrotrae a aquel año y nos hace revivir ese mágico momento que llevó a Universidad de Chile a levantar la Copa, tras veinticinco años de frustraciones y de ver como los rivales lo ganaban todo.

Con los años, le he dado mayor cuantía a aquel título y me he ido alejando de los comentarios que nacen más de la pasión que dé la razón. Para analizar ese año, sin duda hay que entender el contexto en el cual se desarrolló ese campeonato.

Universidad Católica, sin duda, era un equipazo. ¿Quién podría discutirlo? Tenía a tres seleccionados argentinos. ¡¡TRES!! ¿Se imaginan hoy, tener un equipo del fútbol chileno con tres seleccionados albiceleste? Sería como un equipo chileno, tuviese en su plantilla, a jugadores como Otamendi, Dybala y Di María. Una locura. Además, el plantel se completaba con Toledo, Tupper, Lepe, Romero, todos seleccionados chilenos por esos años.

Por otro lado, Colo Colo tenía en su base, varios jugadores seleccionados nacionales y mantuvo la base del equipo que obtuvo logros nacionales e internacionales. A eso se le sumaba Marco Etcheverry, seleccionado boliviano y Toninho, un espigado delantero brasileño. Cobreloa, por su parte, tenía en sus filas varios de los jugadores que lograron el título dos años antes y entre ellos tenía a Héctor Puebla y Jaime Riveros. Además, se le debía sumar la altura de Calama, que, por esos años, era un aliado importante el cuadro loíno.

¿Y Universidad de Chile? La “U” venía rearmándose tras la debacle de fines de los ochenta y las liguillas de promoción de principios de los noventas. Y hay que ser justos. Gran importancia tuvo Arturo Salah, quien llegó en 1992, ordenó la casa y logró convencer a algunos jugadores para llegar a un equipo con problemas económicos y que no tenía ni la infraestructura ni un lugar de entrenamiento como en la actualidad. Así llegaron Rogelio Delgado, Sergio Vargas, Raúl Aredes y Patricio Mardones, entre otros, lo cual conformó un plantel competitivo, pero lejos del millonario y resplandeciente equipo de San Carlos.

Sin embargo, faltaba uno. Marcelo Salas y su destellante aparición, fue fundamental en el logro de esa temporada. Como un periodista mencionó en la televisión, “la aparición del Matador en la “U”, fue como ganarse el Kino y el Loto en un fin de semana”. Y vaya que fue importante.

Para much@s, aquel título ha sido el más relevante de las últimas décadas, incluso por sobre lo vivido el 2011. Por relevancia, por juego, por mística y por la importancia de haber logrado el campeonato tras un cuarto de siglo, será recordado como algo irrepetible, difícil de que se vuelva a dar. Haber ganado la pulseada, tras haber estado siete puntos abajo es algo que quedará tatuado en la memoria azul y que, al menos yo, recordaré por siempre. Hay momentos imborrables de esa temporada, como los goles del Matador ante los albos, las goleadas en el sur o el triunfo ante la propia UC con un Nacional repleto. Además de la tarde mágica en El Salvador que nos dio la gloria.

Veintiséis años pasaron, pero el recuerdo sigue vivo. Brindemos Camaradas por la Universidad.

Documental Universidad de Chile CAMPEÓN 1994 | Gentileza CDF

La Columna Retro del Profe

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