A esta hora, la información disponible asegura que el partido Final de la Copa Chile 2015, se jugará el próximo miércoles 02 de diciembre en el nuevo estadio La Portada de la muy bella ciudad capital de la Cuarta Región, La Serena. De venta y precios de entradas, no se sabe todavía.
Siendo las 19:00 horas de hoy jueves 26 de noviembre, y habiéndose anunciado el escenario, el día y el horario hace tan sólo poco más de dos horas, las autoridades gubernamentales (Estadio Seguro, Intendencia regional, Gobernación provincial y/o Carabineros de Chile), han ratificado hace sólo pocos minutos la autorización para la verificación del partido en dicho lugar.
Habida cuenta por lo tanto que tal trámite fue finalmente favorable, esta Copa Chile se disputará y se entregará al ganador del partido que tenga lugar cerca de la ribera del río Elqui, en el modernísimo estadio situado entre las calles Balmaceda, Amunátegui, Avenida Estadio y Huanhualí, y que fuera recientemente construido e inaugurado como sede de la pasada Copa América realizada en nuestro país.
El Estadio Bicentenario La Portada de La Serena, conviene decirlo, fue diseñado y terminado utilizando conceptos apegados estrictamente a las normas Fifa para estos recintos, por lo que cuenta con instalaciones de primerísimo nivel, sin nada que envidiar a otras construcciones similares realizadas durante la última década en el país y después del antes citado torneo continental de selecciones, recibirá su segundo espectáculo de exigencia mayor desde su apertura, al haber sido elegido como sede de tan importante encuentro. Vale decir, un evento futbolístico de primera categoría como es la disputa de la final de un torneo, será acogido por uno de los mejores estadios actuales de Chile.
Pero a los azules nos interesa, tal vez más que lo anterior, lo que deba pasar en la cancha ese día. Interesa lo que hagan nuestros jugadores y cómo plantee tácticamente el partido Martín Lasarte. Táctica y estratégicamente.
Lo primero que debiera pasar es que en el partido ante Unión la Calera, actúe una formación mixta, con una mayoría de jugadores que no hayan tenido muchos minutos este semestre, sea porque han figurado en una segunda línea de elección para el cuerpo técnico, o porque vienen con pocos minutos volviendo de lesiones o afecciones de salud. Debiera ser el partido para Miguel Jiménez, Benjamín Vidal, Cristian Suárez, Gonzalo Espinoza, Diego González, Luis Felipe Pinilla, Francisco Castro, Renato González, Leandro Benegas, y Gustavo Lorenzetti, más una o dos incrustaciones de aquellos considerados más titulares, (Paulo Magalhaes, Patricio Rubio), completando la nómina con preferencia de juveniles y algún par de titulares, para reservar a Johnny Herrera, Matías Rodríguez, Osvaldo González, José Rojas, Mathías Corujo, Guzmán Pereira, Sebastián Ubilla y Leonardo Valencia para la final del miércoles.
Lo segundo es que el planteamiento debiera ser una combinación basada en lo que planteó la U en el superclásico jugado en el monumental –sin fallas individuales ni errores arbitrales-, el jugado ante UC el pasado domingo sin desconcentraciones ni exceso de confianza, y los planteamientos utilizados por San Marcos de Arica cuando enfrentó a Colo Colo en el Apertura y por Unión Española en ambos partidos de la llave semi-final de esta copa ante el rival del próximo miércoles. A juicio personal, ahí están las claves para doblegar a este equipo y quedarnos con la Copa Chile.
Lo principal, la “U” ya lo posee. Las ganas de los jugadores por estar en este partido, jugársela toda y cobrarse una revancha deportiva, ya están. La consciencia de que ganando este torneo se maquillan de manera real las malas performances de este año, circula en la cabeza tanto de técnicos como de jugadores. La convicción de que es distinto terminar una temporada sin nada en las manos como sucede hasta ahora, y en cambio poder dar otra vuelta olímpica y fotografiarse con una nueva copa, aparte de colgarse una medalla más tanto en el cuello como en la trayectoria histórica de cada uno de los protagonistas, y saber y sentir que eso está muy al alcance de la mano de cada uno, debiera bastar para confiar en que lo motivacional está resuelto.
Y lo que falta, también puede considerarse como asegurado: el apoyo de la siempre fiel hinchada azul. Esta vez es seguro que llegará en masa a la ciudad de los campanarios, cueste lo que cueste para muchos viajar hasta allá. Que no parará de cantar y de alentar al equipo sean cuales sean las circunstancias que se estén viviendo antes, durante y después del partido. Que no importa cuántos sean, pero su presencia se notará en todo momento más que la de los del equipo rival.
Porque cuando la “U” entra en la cancha, y lo hace para luchar por conseguir un objetivo importante, queda todo atrás. Somos todos azules, independiente de algún color anterior o futuro. Porque cuando la “U” juega por un título no está, y ahora menos que nunca, sola en la cancha. Porque cuando la “U” tiene un desafío trascendental como este, nuestros jugadores saben transformarse en los mejores. Porque cuando la “U” tiene que mostrar credenciales de grande, siempre históricamente nos ha demostrado que lo hace con orgullo y dignidad.
Con optimismo y fe, ¡¡¡Vamos Azules!!!
Por Jaime Aguirre Dueñas / Para @Cienx100Azules