Con la fase regular del Campeonato Nacional ya concluida, es posible hacer un análisis de lo que dejaron como conclusiones estas 26 fechas (que corresponden a 24 partidos jugados, ya que, incomprensiblemente, tenemos un número impar de equipos en Primera, lo que obliga a tener una fecha libre), que concluyeron con Universidad de Chile en 2° lugar, con 62 puntos, fruto de 20 victorias, 2 empates y 2 derrotas, con 83 goles anotados y 17 recibidos. Con ello, quedaron 1 punto debajo de las punteras, pero 13 puntos arriba de Santiago Morning, que remató en 3° lugar.
En primer lugar, esta temporada ha mostrado un cambio importante en torno a las protagonistas de la temporada, aquellas jugadoras que llevan el peso de la campaña. Y esto se refleja en los partidos como titular. Por ejemplo, en 24 partidos, la Chama Sánchez fue titular en 14, la Jefa Guerrero en 10, Rebeca Fernández en 9, Dani Zamora en 8 y Natalia Campos en 2. Si bien estas ausencias se deben a razones médicas, y no de rendimiento deportivo, también es cierto que el equipo logró encontrar resultados incluso sin las jugadoras anteriormente mencionadas, a pesar de la calidad, jerarquía y liderazgo que ellas aportan. En efecto, una alineación titular tipo (que tendrá el número de presencias desde el minuto inicial en paréntesis) tendría a Abi Chaves (21) en portería, las centrales Santander (19) y Orellana (17), con Vale Díaz (21) como lateral, un mediocampo con Morales (19) como corte, y Groff (21) y Pino (22) como mixtas, y, en ataque, Caniguán (18) y Araya (18).
Ahora, llegar a esta columna vertebral de 9 jugadoras fue un proceso no exento de dificultades. Nilson Concha sería el DT que iniciaría la temporada, en un ciclo de 15 fechas donde la U se destacó por ser un equipo intenso en defensa, pero que, a pesar de lograr victorias contundentes, se veía incómodo con el balón, por lo cual no era extraño ver que las rivales pudieran tomar la posesión del balón en campo azul (como sucedió en el superclásico que detonó su salida), lo que generaba los espacios para que las leonas pudieran hacer gala de su ataque directo, donde el rol protagónico lo tendrían Vale Díaz, con sus desbordes, y Gise Pino, con sus pases filtrados. Ambas, además, estarían muy claras de cara al gol, lo que se refleja en los 5 goles de la lateral, y los 7 de la volante.
En cuanto al esquema, Concha plantearía un 4-3-3, con una base donde las centrales eran Santander y Orellana, y sus mediocampistas eran Pino, Groff y Sánchez. Importante es el rol polifuncional de Morales, quién ya en la fecha 5 se consolidó como titular, ya fuera como central o volante de corte, reemplazando a alguna de las 5 jugadoras anteriormente mencionadas. Las dudas de Concha estuvieron con la lateral izquierda, dónde Durán se lesionó gravemente a inicios de temporada, y dónde Hernández nunca fue de su completo gusto. Terminaría siendo Valentina Díaz quién tendría que cambiar de banda, mientras que el lateral derecho lo disputarían Fuentes y Monserrat González. El DT también tuvo problemas con la delantera, teniendo a Zamora como titular hasta su lesión, y a Fernandez, que alternaba con Huenteo debido a sus problemas físicos, mientras que el puesto de centrodelantera lo peleaban Araya con Caniguán, en una disputa que les quitó continuidad y confianza, ya que si bien ambas colaboraban mucho con el equipo desde el juego, Caniguán recíen hizo su primer gol en la fecha 9, mientras que Araya llevaba 3 goles hasta ese momento, lo cual parece una locura hoy, que la Chesca lleva 10 goles y Araya 19, siendo la goleadora del torneo. En esta fase, hubo mucho tiraje a la chimenea, siendo las gemelas Arantza y Gretel Suazo particularmente protagónicas.
Por su parte, Diego Testas, en las 8 fechas a cargo del plantel, ha mejorado la imagen del equipo. En primer lugar, la circulación del balón es mucho mejor, permitiendo a las azules dominar a sus rivales a través de la posesión en campo rival y circulando el balón cuando se necesita bajar el ritmo del partido, aun cuando es cierto que a las azules han tenido problemas para abrir defensas cerradas, como sucedió en el empate a 1 con Iquique, o en la victoria agónica por 2-0 ante la Universidad de Concepción. Sin embargo, son partidos como el de Santiago Morning, donde remotan un 1-2 para terminar 4-2, son los que llaman a la ilusión en los playoffs que se avecinan.
En base a la propuesta de juego de Testas, el dibujo táctico puede ser un 3-4-1-2, o bien un 4-4-2 con rombo, una respuesta natural a los problemas que tuvo la U en la era Concha. Chaves sigue en portería, destacando por sus salidas a acortar, sus elásticas estiradas, y uno que otro error grave que terminó en gol. Cuando la U juega con 3 centrales, Orellana va de líbero, posición en la que ha dado muy buenos rendimientos, teniendo a Santander y Guerrero como stoppers (teniendo las variantes de Emma González, quién subió desde el juvenil mostrando un buen nivel, y de Morales, que le permite acomodar el tablero cuando busca cambios más ofensivos). Sus laterales volantes son Díaz, por derecha, y Gise Pino, por izquierda, sorprendiendo con interesantes desbordes en dicho rol, dejando a Morales y Groff como volantes centrales. La Chama parece ser considerada en esta zona por el DT, quién la tiene como alternativa. Arriba, Rebeca Fernández es la que se quedó con el puesto de enganche, siendo Melissa Bustos su suplente. La paraguaya, que tiene su mejor versión como puntera, ha ido encontrando acomodo en el puesto, refrendada en su gran actuación ante Palestino. Y finalmente, Araya y Caniguán son las titulares indiscutibles en delantera, y ambas han respondido a la confianza, con 10 y 4 goles cada una, mostrándose participativas en la elaboración del juego incluso cuando el equipo no anda bien. Cuando las Leonas salen con línea de 4, Vale Díaz pasa a ser lateral izquierda, Karen Fuentes va como lateral derecha, ya que su rol es más defensivo, y, para atacar, ingresa Monserrat González. Sus centrales son Orellana y Santander, y en el medio, Morales aparece como volante de corte (aunque Gaby Herrera gana puntos con el uruguayo ya que es una volante de corte con mucha intensidad), y sus mixtas son Groff y Pino. La delantera sigue igual, con Fernández, Araya y Caniguán.
Con ello, las perspectivas de las azules son auspiciosas de cara a los playoffs. Entendiendo que hay bastante espacio para mejorar, dado que el ciclo de Diego Testas está recién iniciando, ha habido una mejora del nivel del equipo, y es evidente que la idea de juego ha calado en las jugadoras, lo que les permite interpretar el libreto usando distintas formaciones. Ahora, quedará por ver el efecto de las lesiones de Abi Chaves y Carla Guerrero, y cuál será el rol que jugadoras consagradas como la misma Guerrero, Sánchez, Zamora, Campos, Fernández o la retornada Bórquez vayan a tener. Lo claro, es que la llave de cuartos de final será ante Unión Española (rival al que se venció de manera contundente en Santa Laura), y que de ganar el duelo de ida y vuelta, se jugará ante las vencedoras de la llave de Santiago Morning ante Iquique.