• Mar. Nov 28th, 2023

Opinión: ¿Qué culpa tiene Beccacece?

No es una nueva secuela de Fatmagul u otra teleserie de Mega, sino que la seguidilla de cosas que pasaron desde que Beccacece llegó a la U.

Si lo hacemos cronológicamente, a Sebastián Beccacece lo fueron a buscar de Azul Azul: él no fue a golpear la puerta ofreciéndose (cómo patética y solapadamente lo hacen algunos ex símbolos a través de la prensa), estaba en la selección y si bien había anunciado que quería iniciar su propio camino como técnico, a él le ofrecieron el puesto.

Se equivocó en la famosa reunión con los jugadores cuando estaban concentrados para un partido, aún bajo el mandato de Martín Lasarte. Pero, seamos claros, la reunión no la hizo ni en su casa, ni en un mall, ni en un café: la hizo en la oficina del dueño de Azul Azul, Carlos Heller… o sea, el presidente SABÍA DE ESTA REUNIÓN.

Recibió un plantel (mal) armado, y aunque le trajeron tres refuerzos, solo uno anduvo a la altura mínima que se le exige, Gonzalo Jara. De los otros dos, solo uno se salva y es Fabián Monzón, quien hasta que empezaron las lesiones estaba mostrando “algo” de las razones por las que se le consideró “refuerzo”. El tercero, Luis Fariña, partió insinuando algo, pero rápidamente dio la razón a quien previeron que seria escaso aporte. Además tuvo la misión de despedir a varios integrantes de ese plantel, a saber: Rubén Farfán, fue nulo aporte en Palestino; Renato González, navegó entre la suplencia y la titularidad en U. de Concepción; Leandro Benegas, pasó sin pena ni gloria por Audax; Ramón Fernández quizás fue el más destacado después que salió de la “U”, pero justo en el partido más importante demostró porqué nunca se consolidó. Tampoco pudo echar mano a la “producción local”: como nunca antes, no hay proyectos interesantes en las inferiores azules, y por el contrario, la sub 19 es la peor categoría juvenil que ha habido en años, porque no solo no alimenta al primer equipo de valores que pudieran ser alternativas, sino que en el propio torneo juvenil (Futbol Joven) no es capaz de estar entre los primeros lugares, cosa muy poco frecuente en la historia del club.

Y en este mismo plantel tan dispar, como si no fuera suficiente, aparecen algunos que no saben respetar ciertos códigos propios del fútbol y traicionan la confianza de sus compañeros, pero también la de su director técnico. ¿Culpa de Beccacece? No creo, en su tiempo libre las personas hacen lo que quieran, de acuerdo a lo que sus actividades aconsejen, pero nadie puede estar vigilándolos. ¿O habría que contratar guardaespaldas privados?

Le tocó una directiva “rara”: primero son muy benevolentes al acordar con él un contrato poco usual para el medio, por dos años y medio, es decir por ¡cinco campeonatos!, acuerdan una indemnización alta, pero entiendo que acorde con los derechos de cualquier trabajador (o empleado, por si les molesta el término) dentro de esta faja de tierra, pero después se va descubriendo que en realidad la mayoría de las decisiones, incluso las técnicas, pasan por el “dueño”, ya que Carlos Heller está omnipresente cual “hermano mayor”. Y cuando se necesita de verdad el respaldo, en el momento malo, cuando se requiere saber qué terreno se está pisando, todos dudan, todos vacilan, y finalmente lo dejan “por el alto costo de su indemnización”. La misma indemnización que aceptaron y firmaron solo 5 meses antes.

Con Beccacece en la banca la “U” tuvo la peor campaña de los últimos años…solo un punto menos que en el torneo anterior. Ahora muchos alaban a Martín Lasarte, entre los que me incluyo: aparte de sus bondades como técnico, fue un caballero y NO MERECÍA EL TRATO QUE LE DIO AZUL AZUL. Pero muchos de los mismos que hoy lo añoran, en su momento despreciaban la Súper Copa y la Copa Chile ganadas bajo su dirección técnica, e incluso reconocían que el plantel estaba mal armado pidiendo incluso que ojalá no ganáramos este último torneo para no ir a la Copa Libertadores “a pasar vergüenzas”, decían.

Beccacece merece tener un equipo bajo su mando con un plantel que él mismo haya armado, y que le sea leal, con un cuerpo técnico de su confianza y con dirigentes que sepan no entrometerse en funciones que no les son propias. Ojalá esto ocurra en el próximo torneo, ahora que ha sido confirmado en su puesto, pero como se ve no depende SOLO DE ÉL. Así como la culpa tampoco es solo de él.

Por Luis Miguel Retamales C.

 

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