Universidad de Chile logró clasificarse a octavos de final de la Copa Chile, no sin antes pasar por varios sustos que tuvieron al equipo mágico mirando de reojo la tanda de penales.
Pero todo partió de buena manera en el maltratado césped (producto de un partido de rugby jugado 48 horas antes) del Santa Laura Universidad SEK. Ya que antes de los 5 minutos, Junior Fernandes remató desde el punto penal y abrió la cuenta para los locales. Con ese tanto, el global quedaba en 3-1.
El resto de la primera parte transitó entre la poca claridad de ambas escuadras para generar peligro real en el rival y un control azul del juego que descansaba únicamente en el marcador a favor y en la diferencia de calidad que se debe mostrar entra un equipo de primera A y otro de segunda división profesional. El duelo era trabado y en general mal jugado.
En el complemento, la visita se animó más, entendiendo que el marcador no le era favorable y que la diferencia de plantel no se traducía necesariamente en un mejor juego de los laicos. Aún así, parecía que la U controlaba el partido y por ende la llave. Situación que quedó en manifiesto luego del golazo de Poblete. Desde ese momento esperaba un mejor manejo de la ventaja azul.
Pero ese manejo no llegó. General Velasquez quemó naves y tras dos errores en la zaga local logró empatar el duelo y se aproximo a generar la igualdad en la llave, en ese momento caía la lluvia en Independencia y los cerca de 9.000 espectadores mezclaban disgusto con algunas pifias al cuadro azul.
Finalmente la llave se cerró 4-3 para los universitarios, pasando sustos totalmente innecesarios pensando en la diferencia de plantel, presupuesto y divisiones (si, en plural) que existía con el corajudo y valiente rival. La próxima estación vuelve a ser Independencia, esta vez contra Unión La Calera en el re inicio del torneo local, en donde una derrota puede significar algo más que un mal rato bajo la lluvia.