La Universidad de Chile ha caído en una profunda crisis en el campeonato nacional, y su último triunfo se encuentra atrás en el tiempo, en su visita a la octava región, donde se enfrentará a Huachipato en el inicio de la segunda ronda del torneo. Desde entonces, han transcurrido ocho jornadas de penurias en las que el equipo azul ha luchado por recuperar el nivel de juego que en un momento los ubicó en el tercer puesto de la tabla.
Desafortunadamente, desde ese partido, los números del equipo bajo la dirección del técnico argentino Pellegrino han sido desalentadores. El conjunto universitario ha sufrido seis derrotas y ha logrado solo dos empates, siendo superado en ocasiones por equipos que se encontraban en la parte baja de la clasificación. En total, solo se han conseguido 5 de los 27 puntos disputados en la segunda ronda.
La crisis se extiende más allá de los resultados. Los jugadores que desempeñaron un papel vital en el fortalecimiento de la solidez defensiva durante el primer semestre han sufrido una notable caída en su rendimiento. Esto incluye a jugadores como Cassanova, Palacios, Guerra, además del preocupante bajo rendimiento de Campos, quien perdió la titularidad en la portería a favor de Toselli.
Además de los problemas en el campo, la Universidad de Chile no ha priorizado la incorporación de grandes refuerzos, limitándose a fichar un lateral izquierdo que llegó lesionado. Esta carencia se acentúa con la partida de Darío Osorio al fútbol danés, una baja significativa en las opciones que tenía el técnico universitario a su disposición.
La gran incógnita es si se podrá mantener el proceso de Pellegrino, dado que no se perciben mejoras en su estilo de juego. Además, es válido cuestionar si ha perdido el respaldo de sus jugadores y cuáles serán las medidas que tomará Azul-Azul para enfrentar esta preocupante situación. Una semana más y una sombra de incertidumbre se cierne sobre el Centro Deportivo Azul.