Conforme pasaban los minutos y el calor era protagonista en el reducto de Independencia (el mejor estadio para ver fútbol creo yo) el sector norte se iba colmando de gente cargada de esa ilusión que se había perdido hace más de cincuenta días, que de los últimos abrazos eran los goles en partidos terminados en empate, con más sinsabores que alguna alegría, la que se había extraviado luego de ese austero pero al fin y al cabo triunfo sobre Palestino, se vislumbraba difícil el panorama considerando que se jugaba contra (hasta ese entonces) uno de los punteros, que tenía la presión porque ya sabían del resultado del puntero, y porque no decirlo, candidato fijo al título.
Cuando aún seguía entrando gente a las instalaciones del estadio, el balde de agua cayó y de la manera más absurda de todas, ¿Jara tanto pesa la camiseta de la U para mandarse tantos errores?; equipo totalmente desencajado y como ha sido la manera y ya costumbre, el equipo debía remarla desde atrás y considerando el rival, se veía cuesta arriba, porque mientras nuestro equipo se juega partido a partido el querer meterse en una copa internacional, los hispanos estaban cumpliendo a cabalidad y parecía que la presión no les pesaba para nada. El primer tiempo fue de los rivales y esto se comprobaba nuevamente a promediando el primer tiempo, cuando en una jugada nuevamente Jara soltó la marca de uno de los delanteros rojos, pirueta en el área y a cobrar, dos a cero y más de alguno (incluyéndome) pensó que esto sería un vendaval de goles en contra. Pasaron los minutos y asomaron algunos nombres, con más actitud que fútbol se quería mejorar la imagen, algunas ocasiones y sin hacer mucho durante el primer tiempo la U encontró un premio que fue demasiado grande para lo mostrado. Gol de Zacaría y al descanso.
Complemento y apareció el acaso más irregular de los jugadores que defiende la camiseta, Gastón Fernández, puede que tenga una o dos ocasiones de jugadas pero el resto del partido deambula por la cancha, empate de la U y el empate me hizo pensar que de alguna u otra manera, el amor propio primaria por sobre el nivel futbolístico todo eso hasta que entró el que siempre ha marcado diferencias, viniendo desde la banca o siendo titular, Gustavo Lorenzetti, algunos detractores lo cuestionaran, dirán que no es para el equipo y un sinfín de cosas, pero aunque les duela, sigue marcando diferencias y el habla con su accionar dentro de la cancha donde las respuestas son mejores. Cuando ya muchos pensamos que el empate sería el marcador final apareció un centro del nombrado en las líneas anteriores, un rechazo del meta rival y aparece la figura del partido, ganando el rebote dado por el arquero y a cobrar, la U como en un tiempo no muy lejano usó la frase “Lo damos vuelta” y se ponía arriba en el marcador, con más ganas que fútbol, con más amor propio que una táctica clara, y si bien eso hizo que la gente se volviera a abrazar e ir feliz del estadio, no dejo de preocupar durante el partido todas las oportunidades creadas por los rivales que de no ser por Herrera y la impericia de los rivales, este partido terminaba en derrota.