El aire, el ambiente, la recepción del pueblo coquimbano demuestran lo diferente que es la capital del resto de Chile, en las provincias uno conoce el verdadero Chile lindo.
En cada conversación salía el momento que vive la U, Beccacece, los jugadores, los refuerzos; pero la conclusión era la misma: ganar o ganar.
Después del desayuno -quedamos pochitos-subimos a la Cruz del III Milenio, un lugar único, con hermosas esculturas y una vista privilegiada. Los cuatro nos sacamos fotos y compartimos la belleza del lugar religioso, creamos o no, religiosos o no, todos juntos como buenos camaradas.
Bajamos, y nos fuimos a La Serena. Otro lugar genial, con lindos paisajes. Nos subimos a una micro que cruza la ciudad y partimos al Estadio La Portada.
En todos lados habían hinchas de la U. Pasamos al mall a refrescarnos con un helado, siempre mirando el reloj, ya con ansias de entrar al estadio y ver ganar a la U.
Entramos por el sector de prensa e hicimos un pequeño recorrido, era temprano y aun no ingresaba ningún hincha.
Comenzó a hacer un frío de aquellos en el Estadio La Portada y las nubes avisaban un mal augurio, pero no le dimos importancia. El partido fue terrible, por más que la U intentó mil veces, la pelota nunca ingresó al arco; pero bueno, ustedes también vieron el partido.
Después de la conferencia de Nicolás Diez nos fuimos a comer al Mall, estábamos enojados y con hambre. Al menos el hambre tenía solución; tuve que agrandar la promo.
La tarde se vino y el sol salió, no para el equipo de nuestros amores, pero de todos modos no importa mucho, lo seguiríamos aunque estuviera en la B -y así fue cuando lo estuvo, somos la hinchada más fiel-.
Entramos al cine para ver una peli, había que hacer la hora, el bus salía en la noche y aun quedaban horas por pasar. Al menos la película nos hizo reír, el Argentino QL siempre se las ingenia para hacerlo.
Llegó la hora de viajar, así que nos fuimos al terminal. Estaba lleno de los hinchas azules que viajaban a su casa, igual que nosotros. Pese a que perdimos el ambiente no era malo, se siente bien cuando compartes con tus amigos y camaradas, en un lugar lejano.
El bus salió y cerré los ojos. Sólo los abrí al llegar a Santiago. No tenía rabia, ni pena, estaba feliz. Había viajado por primera vez siguiendo a la U. Podría convertirse en una adicción, quien sabe, quedan muchos partidos en regiones este año.