El resultado es lo que cuenta, pero el «cómo» también hay que analizarlo. Casi nos mandan para la casa.
La tarde que vivió Chile es preocupante, ya que al minuto 4 Panamá se ponía en ventaja tras un disparo de Camargo desde casi 30 metros que Bravo se «comió con papas fritas».El portero del mejor equipo del mundo quedó en evidencia.
Era hora de la reacción y llegó tras un certero cabezazo de «Turboman» para poner el empate. Minutos más tarde, el mismo protagonista, con un toque sutil dentro del área puso el gol de la ventaja. Así nos íbamos al descanso.
Tras la reanudación del encuentro, Alexis amplió la diferencia en el marcador con una volea perfecta tras centro de Vargas. La alegría de la Marea Roja se hizo sentir de Arica a Punta Arenas. Pero no duraría mucho tiempo.
Los de Pizzi nuevamente iban a cometer un error imperdonable en defensa; Isla no cubre su marca y Arroyo lo aprovecha para marcar el descuento para los de Centro América. Cabe destacar que esta vez también influyó la floja reacción del meta nacional.
El juego de los chilenos siguió siendo el mismo hasta encontrar el gol de la calma, puesto que los nervios se apoderaron de los jugadores y de los hinchas, debido a que se vino a la mente el partido con Bolivia, el cual se sufrió hasta el final.
Fue el Niño maravilla quién hizo volver la alegría a la larga faja de tierra, colocando la pelotita en la red, lejos del meta panameño, que puso todas sus ganas para alcanzarla sin éxito. Sin embargo, de no ser por su destacable actuación en varias ocasiones, el resultado final hubiese sido más abultado.
Se avanza a la siguiente fase de la Copa, pero con muchas interrogantes. El fútbol desplegado por Chile deja mucho que desear tanto por la falta de gol que le caracterizaba en la era de Sampaoli, como en los graves errores que se comenten en defensa.
No existe margen de error y el Sábado ante México hay que demostrar porque somos los actuales Campeones de América.
¡Vamos Chile!
Por Cristian Ibarra